En algunos centros educativos se podría decir que si, si están las pizarras digitales interactivas presentes. Pero en muchos otros no. Y más allá de que estén o no estén presentes, deberíamos adentrarnos al debate de si es bueno o no que estas pizarras estén en clases.
Desde mi punto de vista, las PDI, pizarras digitales interactivas, si deberían estar presentes en los centros educativos. Estas pizarras aportan un sinfín de recursos educativos
Actualmente existen muchos profesores que ya emplean las PDI en sus aulas y confirman sus beneficios y ventajas en la educación. En este punto también hay que reconocer que hay una amplia gama de programas, software y aplicaciones para aprovechar y aumentar la calidad de las clases. Quizás al principio muchos se encuentren un poco reticentes al cambio y al uso de las PDI, pero luego, a medida que se van sumergiendo en este sistema tecnológico, van descubriendo las infinitas variantes que tiene y todo lo que pueden hacer con ellas para que las clases sean más “interactivas”; más participativas y más “originales, creativas e innovadoras” para los alumnos.
Creo que ya nadie puede rechazar estos cambios en la educación e incluso nadie puede negar los aportes de la tecnología en las aulas.
Y dentro de lo que las PDI pueden entregar, debemos hacer las siguientes menciones:
- Incremento de la participación de los alumnos dando lugar a los debates.
- Trabaja como un factor de motivación en los alumnos.
Coopera con la capacidad receptiva incrementando la atención y la fijación de conocimientos. - Ofrece mayores recursos para trabajar en el aula, los cuales ayudan a una comprensión más solida.
- Es un elemento que se ajusta mejor a la educación especial porque con ella se pueden incluir sonidos, caracteres grandes, etc.
Pero hay una cosa que aclarar, las PDI por si solas no hacen milagros. El profesor es quien debe exprimir sus funciones y utilidades, sacando el mejor provecho de éstas para sus clases.
Así mismo, la implementación de estas pizarras choca con otras problemáticas. Algunas de ellas se relacionan con la verdad existentes en algunos centros educativos, en donde está claro que hay otras prioridades. Los costes de estas PDI no son para desconsiderar, aunque sus aportes en la educación lo compensan. Adicionalmente, hay que tener presente el mantenimiento de ellas. .